Tiempo que escapaste de mi mano, bolígrafo. Desde entonces llevo persiguiéndote y tú no te dejas coger. En tu huída vas dejando manchas de tinta y fallos ortográficos para burlarte de mí por los distintos folios de este itinerario. ¡No lo vas a conseguir! La arena de los caracoles va a hacer frenar tu loca carrera. Volverás a mi mano y te convertirás en tinta reinsertada.
Ser un ovillo de virtudes o una madeja de contradicciones, forma parte de nuestra naturaleza. Escribimos para convertirnos en el vívido testimonio que quedará en este espacio de letras para siempre. Lavamos con el tiempo la ansiedad que producen las ideas, y perseguidos por ellas, las convertimos en relatos, historias y poemas que dan forma a este blog.