martes, 23 de marzo de 2010

MARCO ANTONIO


AGENTE SECRETO


CADETE Y GOLONDRINA



Cuando finalmente me aceptaron en la academia de la policía sentí que el cielo se me abría y hasta creí oír las siete trompetas del paraíso. Sé que la vida de CADETE en la ciudad de Nueva York es dura, pero en mi caso ser policía es una tradición. Mi abuelo y mi padre fueron oficiales de la autoridad y llegaron a obtener altos rangos. Pero el protagonismo siempre fue el dominio de mi madre. Yo estoy aquí, en este mundo, porque mi padre se enamoró de GOLONDRINA. Mi madre, antes de ser mi madre, era puta y antes de involucrarse con mi padre, también lo era. Practicaba su profesión a los más altos niveles de la escala. Eso quiere decir que su gama de clientes incluía desde políticos y empresarios hasta los más importantes miembros de la mafia italiana.  Cuando mi padre la detuvo por posesión de narcóticos y prostitución de lujo, emocionalmente no sobrevivió el encuentro, su integridad y lealtad a las reglas nunca le proveyeron el antídoto para contrarrestar la extraordinaria belleza e inteligencia de GOLONDRINA, así que para evitar su encarcelamiento, llegaron a un acuerdo y mi madre comenzó a trabajar como agente encubierto en su equipo, una división dedicada a desenmascarar actividades subversivas del bajo mundo. Durante años pasó información sobre políticos corruptos, empresarios que lavaban dinero, mafiosos, traficantes envueltos en la trata de blancas, drogas, secuestros y extorsiones. Pero su buena estrella no la acompañó el día en que apareció en un callejón del bajo Manhattan  con el cuello cercenado de oreja a oreja.
Todo aquello que no pudo compartir con mi padre, lo hizo conmigo. Los secretos de la profesión y sus experiencias quedaron grabadas en mi subconsciente para el resto de mi vida. Ahora se aproximaba mi turno, en un año me graduaría de la academia y entonces comenzaría a ejercer como agente de la autoridad. Tenía claro en mi mente cual sería mi primer objetivo. Siempre quise honrar la memoria de mi madre. Yo Iba a ser la puta más famosa de Nueva York. ¡Eso sí, siempre trabajando para la División de Narcóticos!