sábado, 15 de mayo de 2010

MARILUZ




MOSTAZA Y TENDAL
SIEMPRE COLORES
Siempre pensé que la mostaza era una salsa.
Esa diarrea que comparte bocadillo con el tomate.
Puede pasar.
Pero prefiero el puré de patata.
Ahora resulta que la mostaza es un gas.
Mereció la pena cumplir años.
Puede que la mostaza y el butano sean familia.
Éste es tan naranja que tiñe los camiones que lo reparten.
Tuvimos un balcón de ese color.
Llegaba el frío
y nos hartábamos de subir y bajar colores.
El Chele decía que pesaban como su madre.
Date cuenta, la ictericia lo dejó huérfano.
Creo que los gases son horteras.
Dice El Chele que no.
Que, en tal caso, son apasionados
y explosivos.
Si se trata de hablar de explosiones
puedo poner varias sobre la mesa.
Incluso las no correctas políticamente.
Aunque hay temas que no se tratan en la mesa.
Nos lo dice siempre la maestra
Lo dice y explota.
Aunque de mostaza y butano, la pobre sólo tiene una capelina.
Tenía.
Era de franjas bicolores y levantaba dolor de cabeza.
Se la volamos el uno de Mayo con un petardo.
Le dejamos los jirones bailando en el tendal.
El padre de La Cuqui, cuando se enteró, le reventó el tímpano de una hostia.
Pero no es lo mismo.
Los reventones son de otro color.
Tiran a verde.
Y la vaca ni se entera.
Todo el día pegada a la alfalfa.
-Déjalo ya, que vas a reventar. Le dice El Chele.
Pero es necia y sigue.
Y al cabo de tres horas aún mastica.
Siempre por joder.
¿O será por aburrimiento?
Este es el peor de todos.
Siempre cruzo los dedos para hablar del aburrimiento.
No es gas exactamente, se parece al agua
inodoro e insípido.
Pero negro.
Como los cuervos y las sotanas.
Lo dice El Chele.
- ¿Cómo va la vida, Chele?
- Negra. No cae el telón ni pa dios.