Viajo solo en mi zapato, con sietes y talón de tomate.
El de al lado es blanco, yo morado.
Apenas nos hablamos...
¿ y mi compañero?
intentó agarrarse al cuarto,antes de acabar en el patio.
Nos llevábamos bien, una vez salimos juntos al campo.
En breve volveré al cajón, hasta que pase el verano,
después me colgaran de un árbol,
hasta el fondo me llenaran de regalos.
Es la mejor época del año, para un calcetin divorciado.
ANDRÉS.
viernes, 18 de diciembre de 2009
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De tan entrañable, me recuerda el pelo ralo y los surcos de Gloria Fuertes.
ResponderEliminarY aquella voz cazallera.
Que ni pintado pa estos días, amigo.
¡Y uno tratando de tener empatía y situarse, inutilmente, en la piel de otro...!
ResponderEliminarPero con tu imaginación, Andrés, consigues las posibilidades de un calcetín. ¡Grande!