EL HOMBRE SONRIENTE
Ayer hizo treinta y cinco años que nos casamos.
Le regalé un tanga florido.
Él me trajo un plátano con gárgolas.
Pulverizamos el salón con unas gotitas de Poisson.
Pusimos en el plato una antigua versión de Fever.
Mmm…When you kiss me
Sus michelines vibraron.
Compitieron con la etiqueta del tanga que braceaba enhiesta.
You can hold me
Hubo que parar para tomar la tensión.
Todo bajo control.
Feveeeer.
Dos horas más tarde creyó conveniente comprobar las pulsaciones.
When you hold me tight
Le mordí el labio inferior.
Brotó sangre.
Aprovechó para controlarse el azúcar.
Fever all through the night.
Dijeron los del 112 que a pesar del gran trallazo, entró en boxes con una amplia sonrisa.
Marco Antonio comenta:
ResponderEliminarEso sí se llama: Morir de un gustazo.
¡Curioso!, M Luz:
ResponderEliminarPara mi es un relato, una bella e intensa historia contada en verso, cuando le iría mejor la prosa.
Digo curioso porque nos tienes acostumbrados a que haya poesía en todos tus escritos.
Gracias
ME encanta la aparición de versos en inglés,las canciones, da dinamismo. Genial!!
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