domingo, 13 de junio de 2010

MIGUEL ESTRADA CAMBLOR



Poniendo las cosas en su justo desorden

Confieso que la temí.

Pero Hölderlin me sonreía desde el origen infinito
de todas las cosas
de todos los días,
de todas las ideas.
Comprendí
que ella es más antigua que la muerte
y más sabia que la vida.

Ya es hora...
¡viento del sur!
de guardar calcetines en la nevera,
de llorar si es que toca;
de orinar en las aceras,
de recordar sin calma
la sonrisa de ella
y aullar a veces,
solo de pena...
de copular en la escalera
con la vecina
de mirar al cielo hilvanando estrellas,
de robar comida
de escribir poesía...

Ya es hora, puta locura...
Comencemos a convivir
incivilizadamente,
con o sin amor, sin ataduras,
Tu, yo, y nuestros versos.

Ya es hora de hacer amistad
con las tinieblas


5 comentarios:

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  3. El desorden mereció la pena.
    Pero las tinieblas...
    ¿y a mi que me apetece ponerles unas mechitas?

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  4. Tiene un no sé qué de poesía que obliga a leer una y otra vez.

    Gracias, Marco.

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  5. Nunca harás amistad con las tinieblas, porque tu eres luz!

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