desde la vaguada,
bajo un manto de nieve
llora su alma
alborozada.
Risas y cantos
para su hermano,
abrazos y lirios
en la alborada.
Llora dichosa
ajena a penas
y olvidos.
Su voz al alba,
esperanzada.
Cubierta de nubes,
llora mi niña,
con la mirada puesta
en la madrugada.
Natalia
Gracias, querido Marco, por traer aquí este poema tan importante para mí.
ResponderEliminarUn abrazo.
muy bello amiga un abrazo!
ResponderEliminarGracias a las dos por esos comentarios tan tiernos. Se les quiere desde mi infinito hasta la realidad de cada día.
ResponderEliminarMarco Antonio
que poema mas bonito saluditos desde cadiz
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