SI ALGUIEN PIENSA COMO YO,
QUE ME LO DIGA …
No es tiempo el que me sobra para alargar la lengua y saborearlo todo. Es su falta lo que más añoro para poder tragarme los colores del mundo, las noches y los días, las gotas de la lluvia, el olor a pan horneado, la risa de los niños y todo lo que se acerca a mí por los cinco sentidos, sea bueno o malo. Y encuentro que me falta tiempo para todo, hasta para deshacerme de la carga emocional, producto de la humanidad que vibra a mi alrededor. Eso me desdobla. Quisiera tener un alma con suficiente espacio para amar hasta el infinito, pero no la tengo. Será porque la piel que me toca en casi todos los encuentros no lo permite, parece arder y me quema ese espacio con su propia desconfianza. Son pieles que no sudan por temor a descubrirse, su olor a miasma es real, su egocentrismo, una babosa húmeda que lame y chupa hasta consumirlo todo. A veces me siento aplastado bajo el peso de mis propias contradicciones. Lo digo en voz alta como si no me importaran un carajo los habitantes de mi entorno, pero no es verdad, me importan todos y todos me causan un descarnado dolor en el alma. No acierto a ubicarme en éste rompecabezas como lo que soy, una pieza más. Debe ser que me apesta la vida, porque nada es como uno lo sueña. He dejado de oír por las orejas para prestar mejor atención a mis fantasías y así he descubierto que el placer de vivir de sueños es más agradable que la puta realidad que perciben mis sentidos. Creo que estoy escribiendo así, porque hoy murió un amigo en un accidente de tráfico, alguien a quién aún le quedaba mucho por vivir.
Marco Antonio
QUE ME LO DIGA …
No es tiempo el que me sobra para alargar la lengua y saborearlo todo. Es su falta lo que más añoro para poder tragarme los colores del mundo, las noches y los días, las gotas de la lluvia, el olor a pan horneado, la risa de los niños y todo lo que se acerca a mí por los cinco sentidos, sea bueno o malo. Y encuentro que me falta tiempo para todo, hasta para deshacerme de la carga emocional, producto de la humanidad que vibra a mi alrededor. Eso me desdobla. Quisiera tener un alma con suficiente espacio para amar hasta el infinito, pero no la tengo. Será porque la piel que me toca en casi todos los encuentros no lo permite, parece arder y me quema ese espacio con su propia desconfianza. Son pieles que no sudan por temor a descubrirse, su olor a miasma es real, su egocentrismo, una babosa húmeda que lame y chupa hasta consumirlo todo. A veces me siento aplastado bajo el peso de mis propias contradicciones. Lo digo en voz alta como si no me importaran un carajo los habitantes de mi entorno, pero no es verdad, me importan todos y todos me causan un descarnado dolor en el alma. No acierto a ubicarme en éste rompecabezas como lo que soy, una pieza más. Debe ser que me apesta la vida, porque nada es como uno lo sueña. He dejado de oír por las orejas para prestar mejor atención a mis fantasías y así he descubierto que el placer de vivir de sueños es más agradable que la puta realidad que perciben mis sentidos. Creo que estoy escribiendo así, porque hoy murió un amigo en un accidente de tráfico, alguien a quién aún le quedaba mucho por vivir.
Marco Antonio
A veces
ResponderEliminarla vida duele más de lo acostumbrado.
Alto precio pagamos
por la riqueza que atesora el sufrimiento.
Pensamos contigo.
Sentimos lo tuyo.
Qué excelente conjugación de palabras e ideas, Marco, las que expresas en la primera parte del escrito. Al final ya no hablas tú sino un hombre herido por la realidad. Yo también lo siento.
ResponderEliminarJaime
Gracias compañeros ... Gracias
ResponderEliminarAnótame contigo. Siento como tú. Pienso como tú y las contradicciones me devoran a veces y otras sobresalen de la piel con que me visto a diario para poder sobrevivir y mostrarme al mundo como una mujer que se ajusta a los requisitos de la cordura. Y también alguna vez se me ha muerto una amiga y ese dolor me ha hecho estallar y acorazarme y volver a estallar. Es la vida, Marco. El tiempo siempre es escaso porque de eso está hecha la vida y no se puede ni sirve beberla de un trago. Tal vez hoy no te sirva de mucho, pero sabe que cuentas conmigo.
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