sábado, 13 de febrero de 2010


EL TRASTERO


Las cosas inanimadas también mueren. No como los seres humanos; es más una agonía de indefinida perseverancia que nunca podremos entender. Si nuestra capacidad cognitiva nos permitiera retroceder a un estado nanomolecular y reagrupáramos nuestros átomos como, por ejemplo, convertirnos en una escoba vieja, tomaríamos esta idiosincrasia como parte de un círculo vicioso con la misma naturalidad con que el criminal condenado a muerte espera la hora de caminar su última milla hasta la silla eléctrica. Sí, las cosas inanimadas mueren en la oscuridad acompañadas de zapatos viejos, vestidos olvidados, muñecas de trapo y cartas de amor escondidas en un cajón. No, no es un tanatorio ni un cementerio. En esta parte del mundo lo llamamos EL TRASTERO.


Marco Antonio

6 comentarios:

  1. Si, Pilar. Yo tampoco he entendido "la naturalidad con la que el condenado a muerte...", y lo de "las cosas inanimadas...". Pero estoy seguro que para Marcos, que ha vivido en tantos países, no signifique lo mismo que para nosotros, y nos lo explicará en el Taller.

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  2. Marco Antonio responde:
    La muerte nunca la podremos entender como menciono al principio del relato. El palo de la escoba es un objeto "inanimado" según se define,en los textos:"Materia":1.f. Sustancia que compone los cuerpos físicos;consta de partículas elementales y tiene las propiedades de extensión,inercia y gravitación:la materia puede transformarse en energía. En el sentido cósmico,todo muere, entonces su energía se transforma.Es inevitable, como el condenado que espera su hora y que aún siendo orgánico, muere para convertirse en energía.

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  3. Entendiendo o no, me encanta eso de "agonía de indefinida perseverancia".
    Vaya con la explicación, Marco.
    Me apunto a unas cuantas más.

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  4. ¿Por qué unos zapatos viejos o unos vestidos olvidados no los consideras objetos inanimados? ¿Acaso el haberlos usado una persona les confiere un poquito de "vida"? Mientras escribo esto me doy cuenta de que, quizás, sea así y ese pequeño rastro vital que conservan es el eslabón que nos permitiría reagrupar nuestros átomos en algo inerte.
    Me gustaría reagruparme en un par de guantes de terciopelo rojo.

    Perdonad la intromisión en vuestro blog. Me trajo el viento este enlace y me gusta la frescura que hay en él. Sois estupendos.
    Si no os importa, seguiré revoloteando por aquí.

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  5. Bienvenido a la pandilla, Paxarín.
    Que la vida te regale ese par de guantes.
    Esperamos que revolotees por aquí mucho tiempo.
    (Ya te he visto posao en alguna que otra "rama literaria")

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