jueves, 18 de febrero de 2010

RUEDAS DE SILLAS CUADRADAS



- Cariño, voy a subir al trastero, ¿necesitas alguna cosa de allí?
- No, no necesito nada, querido, pero antes toma las pastillas y coge la mochila que hay junto al frigorífico; aunque solo sean tres días los que tardes en volver, tendrás que alimentarte; y recuerda: mañana cumples noventa y tres años.
- Noventa y dos. En fin, cuando tardaba cinco días en volver, ¿por qué tardaba tanto?; cuando lo hago en tres días, ¿para qué corro? El caso es quejarse siempre.
- (Burlona) Síííí, soy muy injusta contigo. No comprendo por qué estoy enfadada si la maldita silla de ruedas solo va marcha atrás gracias a tu habilidad. “Yo te lo arreglo, cariño”; el único problema que tenía era una ralladura; y noventa y dos los cumplo yo dentro de seis meses.
- Desagradecida. Con el espejo que te he puesto estás mucho más segura que antes. Sabes de sobra que siempre he tenido un ojo especial para esta clase de arreglos y que…, oye, ¿por dónde se va al trastero?
- Al final de la escalera hay una cadena que cuelga del techo. Cada día estás peor de la memoria.
- No comprendo por qué dices eso. No recuerdo haberme olvidado de nada.
- ¡Ya!, y los despistes que tienes, querido.
- Te reto a que me digas uno.
- Hace unos días confundiste una guía telefónica con una revista de pasatiempos y sumaste todos los teléfonos.
- También resolví todos los jeroglíficos…
- Y dale; era publicidad, querido. Dios, luego querías hacer sopas de letras con los nombres…
- Bueno, deja eso, ¿a quién le importa?
- Querido, ¿qué vas a buscar al trastero?
- ¿Al trastero? Yo no voy al trastero.
- Acabas de decir que ibas al trastero.
- Bueno, eso sería antes.
- ¿Antes?, ¿cuándo?
- Cuando iba a subir al trastero.
- Pero no has subido. ¡Ah!, me sorprende que te acuerdes de mí.
- Mujer, tú lo eres todo para mí, lo demás…
- Lo demás, ¿qué?
- …no me acuerdo.
- Te creo.
- Voy a subir al trastero.
- ¿Otra vez, querido?
- ¡Ah!, ¿ya he subido?
- No, cariño, pero antes dijiste que ibas a subir y después que no…
- Pero, ¿he subido o no?
- No.
- Pues entonces subo ahora… ¿Sabes dónde está?
- Al final de la escalera, hay una cadena…
- ¿Sabes que he vendido el coche?
- Querido, hace veinte años que no tenemos coche y ya es la quinta vez que vendes el del vecino; menos mal que siempre se lo vendes a él.
- Le he regalado, además, un paso de peatones para el trastero.
Enrique Tejon

5 comentarios:

  1. Amigo Enrique, ya estás preparado para cuando llegues a los 92. Es una buena medida preventiva.

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  2. Gracias, Enrique.
    Qué feliz me siento con estos relatos.
    No negarás su parentesco con tu pasión por el teatro ¿verdad?
    Perdona la comparación, pero dosifícanoslos como los plátanos: "Todos los días un ..."

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  3. Tus relatos, Enrique, son como los buenos amigos:¡Siempre te hacen sonreír!

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  4. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  5. Marco Antonio dijo:
    Vivir dentro de tu cabeza debe ser interesante. Una mezcla de Otelo y Disney world. Como siempre, disfruto de tu humor, de tu originalidad y de vez en cuando,de tu presencia.

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