miércoles, 31 de marzo de 2010

JAIME DEL EGIDO



Días sin ti 

Sé que recuerdas el café
y aquél reloj que nos regalaba minutos
en la zona de embarque,
antes de nuestra despedida.

Cada segundo era un placer por compartir
y un dolor de olvido;
una angustia muda,
una vida sostenida por recuerdos.

Aún puedo tocar tu mano,
mirarme en tus ojos o abrazarte tierno;
susurrar el agradecimiento,
la devoción
y la súplica de que regreses.

Sé que recuerdas los gestos y las frases
cayendo como losas tristes
sobre las instantáneas felices del pasado.

¡Tanto empeño en conocernos!

¿Cómo podremos olvidarnos?



Jaime del Egido

3 comentarios:

  1. Marco Antonio comenta:
    Inmensa tristeza acompañando a una súplica desesperada que parece perderse en la distancia. Muy bueno

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  2. Qué buena sensación me deja ese reloj que regala minutos.
    Enhorabuena, Jaime

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  3. Así es Marco: Tristeza y súplica que se pierden en la distancia y en el tiempo, que todo lo devoran.
    Gracias M Luz

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