NO HAY DOS SIN TRES
Caraballo llevaba la llave inglesa en una mano y el rollo de cable de acero en la otra. No tuvo tiempo para atarse los cordones de los zapatos y así intentó bajar por las escaleras que conducían al sótano. Resbaló o más bien se enredó con algo y descendió a culazo limpio los peldaños hasta quedar pillado entre el último escalón y la pared. Así aterrizó en medio de la espesa mezcla de agua y mierda. Aquello continuaba desbordándose por el orificio donde ahora ya no había inodoro. Venancio vació sus intestinos de tal manera que cuando haló de la cadena, todo se vino arriba, mierda, papel y sabe Dios que más habría comido el hombre esa tarde. Caraballo miró hacia el tope de la escalera y allí estaba Esculapio a punto de descender al sótano con los alicates y la bomba para achicar el agua. Fue un poco tarde cuando le gritó, porque Esculapio también perdió el equilibrio y descendió dando caderazos y quejidos hasta aterrizar sobre el pobre Caraballo quien recibió una herida profunda en la frente cuando la bomba de achicar el agua le golpeó. Trataron de incorporarse y casi lo consiguen cuando arriba, enmarcada contra la luz del atardecer apareció Florinda con el cubo, la escoba y la fregona. Desde abajo los dos gritaron a la vez, pero nada, Florinda era sorda y en el segundo escalón perdió el equilibrio. Trataba de bajar por las escaleras con el cubo, la escoba y la fregona sin quitarse las madreñas. Bajó los escalones a tetazos limpios e impactó contra los otros dos que volvieron a caer desparramados en las aguas negras que ahora les llegaba hasta la cintura.
Venancio, aún con los pantalones por los tobillos se había encaramado en un viejo armario y desde allí les gritó: ¡NO HAY DOS SIN TRES!
Marco Antonio
Hay que decirlo en voz alta, Marco: nadie nombra como tú la mierda.
ResponderEliminarElevas lo escatológico a los más altos peldaños literarios.
Te desparramas desde ellos y los demás te vemos venir con el bloc de notas.
Qué buenos momentos me haces pasar.
Gracias.
Marco Antonio contesta:
ResponderEliminarMe limpio las manos en mi delantal de trabajo, porque ahora, para que la mierda no me salpíque lo llevo hasta para dormir. Gracias mi amiga. Gracias